
El someter nuestros pies a cambios bruscos que alteran la marcha, afectan nuestra columna y rodillas provocando inflamaciones en el vientre bajo. Por ello, se debe tener en cuenta las horas prolongadas de pie en el trabajo; los tacones altos nos hace más propensos a esguinces de tobillo e inflamación de la zona plantar del pie. Además, nos pueden provocar mala postura desalineando la columna, ya que desplazan el peso hacia adelante, obligando al pecho y la zona lumbar adelantarse para mantener el equilibrio. Todo ello puede generar dolor e incomodidad, afectando nuestro estado de anímico, influyendo en la atención al público y con nuestros colegas; la buena presentación es necesaria pero debe adaptarse al cuidado del cuerpo para así mejorar el rendimiento.

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